Por Sofía Santana
Hace poco volví a ver la serie de “Bojack Horseman”, y es que se ha convertido en el rostro de la depresión; claro que existen muchos personajes, series y películas que tratan este tema, pero es Bojack quien resulta ser un personaje el cual muchos empatizan. Se vuelve una serie la cual a pesar de tocar distintos temas de relevancia actual, nos acompaña a entender cómo se puede vivir la depresión de distintas formas, desde arriba con Bojack y abajo con Diane.
Algunos consideran la depresión como la enfermedad del siglo XXI, es aquel trastorno que afecta tanto física como mentalmente en cómo sentimos y pensamos, genera ansiedad, pérdida de sueño, apetito, falta de interés o placer, pero es tratable, es por eso que debemos de darle más visibilidad al tema.
Bojack una serie animada estrenada en 2014, en un principio pareciera ser otra comedia satírica para adultos, pero se ha vuelto una de las series más graciosas, audaces, inteligentes y deprimentes. ¿Un poco contradictorio no? Una serie que te puede hacer reír, pero al mismo tiempo destrozar tus sentimientos, cuestionando tus desiciones de vida.
La serie, por si no la has visto, trata de un caballo, si, perros, gatos, peces, y humanos conviviendo en una sociedad, Bojack alcanza el pico su fama en los 90s, desde ahí su trayectoria va decayendo, su vida personal también, y en cada capítulo vemos el proceso depresivo en el que se sumerge. La historia empieza cuando el quiere escribir una autobiografía con la ayuda de su escritora fantasma Diane.
Depresión, alcoholismo, adicciones, traumas, relaciones humanas, racismo, sexismo, aborto, inconformismo, son algunos de los temas que toca esta serie, con un toque de humor, en el que el espectador pasará los treinta minutos frente a la pantalla sumergiendose en la vida de es los personajes, acompañándolos en sus desiciones y viajes de vida.
El papel que tienen los medios hoy en día es importantísimo, ya que estos se vuelven herramientas que permiten a las sociedades modernas mantenerse enterados en tiempo real de lo que sucede en el mundo, entregan información, noticias y demás. (Guinberg,2003). Pero también somos generaciones que crecieron con pantallas, estamos acostumbrados a recibir información a través de ellas, lo que vemos en películas y series se vuelve parte de nuestra vida, de las personas y sociedades, vamos integrando a nuestros esquemas cognitivos y emocionales una serie de contenidos en los que salen modelos de construcción de identidad, formas de interacción social, dinámicas vitales, líneas éticas y pensamientos sociopolíticos. (Galán, 2006).
Hablar desde la ficción es importante, ya que está parcialmente construida de nuestra realidad; claro que se adaptan al lenguaje audiovisual, y ayuda a exagerar cualidades de nuestra realidad para poder críticarlas y analizar lo absurdo de lo humano en una representacion humanoide de un caballo actor.
Representar temas como la depresión no es cosa fácil, saber hablar del tema con total honestidad y substancia es necesario para representar fielmente los problemas mentales sin caer en estereotipos, comentarios dañinos, o irse al otro extremo en romanizar y glamorizar estas situaciones.
Bojack Horseman se convierte entonces en una animación que a través del humor y la sátira nos habla de un tema importante, pero más allá, nos muestra personajes complejos y humanos que permite que sea fácil conectar con ellos, te ríes de sus problemas, de sus decisiones, tal vez por que te identificas, o tal vez para sentirte menos solo.
Fuentes:
Guinsberg, E. 2003. La influencia de los medios masivos en la formación del sujeto: una perspectiva psicoanalítica. Psicología en Estudio, Maringá, v. 8, n. 1, p. 3-12, enero-junio. 2003. https://www.scielo.br/pdf/pe/v8n1/v8n1a02.pdf
Galán, E. 2006. Personajes, estereotipos y representaciones sociales. Una propuesta de estudio y análisis de la ficción televisiva. ECO-PÓS- v 9, enero-julio 2006, p.p. 58-81.