11 Jun
11Jun

Por Jimena Barrantes

En los últimos años hemos escuchado mucho sobre la inclusión de minorías en Hollywood y otros medios: caricaturas infantiles, libros, series, videojuegos. Fanáticos de franquicias que han decidido cambiar características de personajes ya existentes para integrar una narrativa más inclusiva han sido bastante críticos acerca de dichos cambios tratandolos de “inclusividad forzada”, pero ¿Existe realmente algo tan subjetivos como la inclusión forzada?

Primero que nada tenemos que entender a qué nos referimos cuando hablamos de inclusión; el término se origina en un concepto teórico de la pedagogía que refiere al modo en que una escuela debe responder a la diversidad, ya sea de raza, sexo, sexualidad, género o capacidad cognitiva.

Steven Universe

Cuando se habla de inclusividad en los medios de entretenimientos nos referimos a la representación de diversidad en los personajes, esto muchas veces puede ser malinterpretado como “forzado” para apelar a las audiencias pertenecientes a las minorías representadas, partiendo desde una perspectiva puramente de venta en lugar de verdadera y desinteresada representación.

Uno de las series recientes en recibir criticismo extremo fue la nueva serie de She-Ra and the Princesses of Power, un remake de la emblemática serie animada de los 80’s, y una de las primeras caricaturas en contar con una protagonista femenina. Las críticas empezaron a llover desde la revelación del diseño de personajes, pues mientras en la serie original las protagonistas contaban con cuerpos y trajes hipersexualizados, la nueva serie contaba con cuerpos diversos y trajes completamente distintos.

She-Ra (1985) Fuente: Hellpie’s Fiendish Fiction, Throwback Thursday: She-ra and the Princesses of Power (2015)

She-Ra (2018) Fuente: Windumanoth, She-ra y las princesas del poder: De la She-ra inalcanzable a la más realista (2020)

La polémica alrededor de esta nueva serie no terminó aquí; unas temporadas después se revela que uno de los personajes es hijo de un matrimonio homoparental, y se nos presenta el hecho de que dichas relaciones son perfectamente normales dentro de la narrativa de la serie, por lo cual no existía perjuicio o respuesta fuera de lo normal por parte de los personajes, lo cual confundió a todo un público acostumbrado a la discriminación, y nuevamente clamaron que era inclusión forzada y representación errónea. El final de la serie levantó aún más conflicto dado que la protagonista y la hasta entonces villana principal de la serie terminan en una relación.

Ejemplos como estos hay muchos, especialmente en series animadas recientes: Steven Universe, The Owl House, Infinity Train y Avatar: La Leyenda de Korra; o en series y películas live action como Chilling Adventures of Sabrina, La Bella y la Bestia, la franquicia de The Avengers, y muchas otras que muestran representación directa o sútil en sus historias. Si bien muchas de estas series utilizan solo la insinuación de la representación para no perder al público conservador, sigue siendo un pequeño paso para las minorías que hasta hace poco estaban completamente invisibilizadas.

Avatar: La leyenda de Corra, Fuente: Atomix (2017)

Ahora bien, mientras que podemos aceptar que los medios no hacen ningún movimiento sin considerar la respuesta del público, no podemos llamar a la representación de diversidad “forzada”, dado que esto sería negar la existencia de quienes no forman parte del molde; no solamente en cuanto a representación de la comunidad LGBT+, sino también con personas de color, mujeres protagonistas, personajes de etnias distintas, y todo aquello que no sea el protagonista blanco heteronormativo.

No existe la inclusividad forzada, pero sí existen relaciones mal escritas o completamente estereotipadas. Tomemos de ejemplo dos series animadas: She-ra y Steven Universe. Ambas presentan protagonistas y personajes secundarios de diferentes sexualidades y procedencias; sin embargo, las relaciones en Steven Universe se construyeron a través de las temporadas y el desarrollo de sus personajes, mientras que la relación principal el She-ra se desarrolló fuera de la línea temporal de la serie y en unos cuantos capítulos al final de la misma. Ambas relaciones son válidas y reales, pero una cuenta con construcción y desarrollo, mientras que la otra no, y esto no significa que la inclusión de dicha diversidad haya sido forzada, sino simplemente carecía de desarrollo.

Fuente: Lesbicanarias, She-Ra y la evolución de la representación lésbica en caricaturas (2020)

Lo mismo pasa con las mujeres o personajes de color. Cuando se anunció el estreno de Captain Marvel hubo mucho ruido alrededor de la protagonista femenina, desde críticas a la trama aún no revelada, hasta ataques a la actriz principal, Brie Larson, ataques que continúan hasta hoy. El público clamaba que poner a una mujer protagonista en lugar de uno masculino había sido una jugada forzada para apelar al público femenino, incluso llamandola una película feminista, pero carecían del juicio suficiente para notar que de las 23 películas pertenecientes al MCU, solo 5 cuentan con mujeres protagonistas, y esto es considerando a Black Widow como parte del elenco protagonista de las películas de The Avengers.

El personaje de Captain Marvel no estaba mal escrito o mal ejecutado, pero sí fue introducido de manera tardía a un universo cuya fase ya estaba cerca del final. Un personaje femenino que cuenta con características muy similares a sus contrapartes masculinas, pero tachado de inclusividad forzada y criticado por apelar a una minoría que ya disfrutaba de las películas anteriores, pero jamás se había visto reflejado en ellas.

Fuente: DEPOR, Marvel: Capitana Marvel 2 ya tendría fecha para el inicio de rodaje (2021)

Nuevamente comprobamos que no existe la inclusividad forzada, simplemente existen personajes que reflejan características fuera del molde al que estamos acostumbrados. La sexualidad, género o color de un personajes no se puede considerar forzado por representar a personas que existen, y la importancia de su existencia radica más allá de las ventas, sino en permitir que un público sistemáticamente ignorado pueda verse reflejado e identificado en personajes que, de haber aparecido en una época más conservadora, no habrían existido de la manera que los conocemos. La diversidad existe, y su representación en pantalla no es forzada, simplemente es real.

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