01 Apr
01Apr

Por Marco Coutiño

Estando en mi aislamiento social, varias preguntas que he tenido a lo largo de mi vida parecen brotar cómo hierbas para hacerme compañía en las madrugadas insomnes. Una de estos debates es sobre mi género favorito de películas, el horror y el uso de violencia extrema en su historia ¿Es justificable? ¿O meramente explotador? Acompáñenme en arrancar esta hierba de mi psique.

Usos de la violencia

En Evil dead 2 (1987) es para establecer el tono ridículo-comedíco y enfatizar el estado de locura de Ash Williams y el infierno que se desató en el mundo terrenal. En Midsommar (2019) la violencia sirve para empeorar la situación mental de Danny y dar a conocer las crueles costumbres de una cultura que a primera vista se veía inocente. Mientras que en Suspiria (2018) la violencia es tratada cómo un acto brutal perpetrado por la influencia de las brujas y sus motivaciones turbias para mantenerse en su poder.

Suspiria, 2018

Todos los ejemplos mencionados tienen una justificación narrativa, emocional y de personaje ¿Qué pasa cuando la película existe sólo para torturar carne humana. Para eso hay que entender la historia del horror. 

Es cierto que en los años 70-80´s el horror no tenía demasiado dinero para lograr hacer las pesadillas que se pueden hacer el día de hoy, pero para su tiempo eran eventos casi demoníacos. Más de una vez las películas controversiales por su violencia explícita fueron censuradas por varios gobiernos, resultando en una hipocresía a nivel institucional; al prohibir "Dulce Venganza (1978)" por su escena explicita de violación, no redujo la violencia que sufren las mujeres.  Y no es que Dulce Venganza glorifique la violencia sexual, es todo lo contrario, el hecho que se muestre de manera explicita es para que tu te enfermes de ese acto degenerado.  

Las películas de horror son espejos de los miedos  y ansiedades de cada época que son hechas, por eso en los 2000s, cambiamos la tendencia de  monstruos  a la violencia sin sentido creada por el hombre. 

En un artículo de Mashable, debaten que después de los ataques del 9-11 y las violaciones humanas de tortura perpetuadas por la CIA, (La bahía de Guantánamo, cómo un ejemplo) transformo el monstruo del cine de horror en un sin fin de torturas que se pueden hacer al cuerpo humano.

Hasta el 2010, la mayoría de las películas de horror de los 2000’s fue el torture porn,  en palabras del creador de la saga de destino final: “Poner personas sexys en situaciones jodidas, vende”

Torture Porn

En la investigación “Todo lo que usted quería saber del gore, sin ensuciarse de sangre: consideraciones de actualidad sobre el cine gore y el psicoanálisis”, de Brenda Coral Ayala Sánchez y  Luis Enrique Álvarez, explican que el torture porn nació con el término de Splatter film debido a la necesidad de contar todas las atrocidades y torturas de la segunda guerra mundial. 

La primera película que dio a luz al género fue  “Blood Feast” de Herschell Gordin Lewis en 1963, quien es considerado como “el padre del cine gore”. La característica principal del cine splatter se enfoca en la violencia gráfica en extremo tornándose visceral y sanguinaria, donde se teatraliza la mutilación. 

El torture porn, término dado por el crítico  David Edelstein, en sí sólo es el género splatter pero elevado a su máxima potencia.

La saga de Saw y Hostal, El cazador de Wolf Creek  (2005) y hasta La pasión de Cristo (2004), son claros ejemplos del género.

Cuando Hollywood vio el éxito de hacer películas baratas de horror con la tendencia de la violencia explícita, ellos no dudaron de hacer un sin fin de remakes con estas características: La masacre de Texas (2003)  El amanecer de los muertos (2004), El horror de Amityville (2005), La casa de cera (2005), Halloween (2007), Viernes 13 (2009), La venganza de la casa del lago (2009),  La pesadilla en la calle Elm (2010) y Dulce Venganza (2010) por mencionar algunos.

Saw, 2003

La calidad varía pero usualmente la mayoría de estas películas fueron una pila de basura podrida.

El problema de estos tipos de películas es que utilizan la tortura y sangre sólo para existir, no hay historia, desarrollo de personajes, u otro elemento de calidad que destaque. La pura existencia de esta violencia es para vender, ya ni para entretener.  Es aquí cuando la violencia es innecesaria y le da un mal nombre al género de horror.

La delgada línea amarilla

No soy fan del torture porn, pero hasta yo admito que si la historia y/o temática lo amerita es necesario mostrar la violencia extrema para dar a entender tu punto. Películas cómo Funny games (1997), Mártires (2008), Holocausto caníbal (1980), Audition (1999), Yo vi el diablo (2010), The  Nightinhale (2018),  e inclusive la primera de Hostal (2005), usa la tortura y sangre por un motivo, además otras características audiovisuales están hechos con calidad y propósito. Inclusive, muchas personas siguen debatiendo si el uso de la violencia en las películas mencionadas es justificada, pero por lo menos tenemos un diálogo y debate de estas historias en vez de que sólo estén huecas sin nada que decir o ningún aspecto para disfrutar.

¿Soy un monstruo si me gusta ver el sufrimiento ajeno? 

No, no eres un monstruo si te gusta ver películas de horror. De acuerdo con un estudio por la Universidad de Saint Paul: “El horror puede iniciar la decisión de pelear o huir, la cual aumenta la adrenalina, endorfinas y dopamina mientras uno ve la película en un lugar seguro”. En sí ver películas de horror es cómo subirse a una montaña rusa, algunas personas aman la experiencia, otros no tanto.

Scream, 1996

Un reciente estudio muestra que 300 fans de películas de horror están afrontando de mejor manera la pandemia por COVID que los demás. Además existen estudios que prueban que experimentar experiencias aterradoras-divertidas, cómo ver una película de miedo o atravesar una casa embrujada, puede ayudar a las personas a dar nuevos mecanismos para afrontar y reducir el estrés en su vida.

Ahora si pasamos al otro lado del espectro, cuando las personas disfrutan de ver decapitaciones, se crea el argumento de que las películas con extrema violencia “crean asesinos”, lo cual no es cierto.  

En una entrevista a Psychiatic Times el director del centro de estudio de la violencia de la universidad de Iowa,  Craig Anderson, comentó que: “La violencia en los medios es uno de muchos factores de riesgo que influyen en actitudes agresivas y violentas. Las acciones violentas nunca ocurren con solo un factor de riesgo presente. Por eso, una persona saludable con pocos factores de riesgo no se convertirá en un asesino sólo porque jugaron un violento videojuego o por ver películas violentas”.

Maneras de consumir y cuestionar

Lo que podemos hacer cómo consumidores responsables es ser críticos del material y no jugar el papel de receptores pasivos; discutir, debatir y cuestionar lo puesto en pantalla puede ser igual o más interesante que la película puesta. 

La próxima vez que veas una película de horror o hasta cualquier tipo de producto mediático, analiza si la violencia explícita es usada con un motivo o por puro espectáculo  y cuestiona tus pensamientos sobre el por qué es que lo disfrutas. Ver películas de horror no te convertirá en psicópata, de hecho hasta puede ser terapéutico, pero el constante consumo de violencia en todo los tipos de medios de comunicación puede alterar tus comportamientos en tu vida diaria. 

¿Ustedes que opinan?

Fuentes:

https://digitalcommons.liu.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1030&context=post_honors_theses

http://jultika.oulu.fi/files/nbnfioulu-201605051637.pdf

https://www.theguardian.com/film/2007/may/03/letters.news

https://www.nationalgeographic.com/science/article/how-horror-movies-can-help-overcome-trauma-and-relieve-stress

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.