Por Sofía Santana
Vivimos en una contradicción ambiental, por un lado queremos reducir el cambio climático así como los desechos y residuos textiles pero por otro buscamos expresar nuestra identidad e individualidad a través de la ropa, pero la solución ha llegado en la forma de la “ropa digital”. Así es, ropa que funciona como un filtro de instagram, no existe en el plano físico, sino que está hecha de pixeles, diseñadas con la única intención de usarse en fotografías. Casas de moda digital como Carlings y The Fabricant son de las primeras en explorar este medio para innovar en sus diseños.
The Fabricant, una compañía alemana de moda, es considerada una de las pioneras en la industria de la ropa digital, y en Mayo del año pasado lograron vender su primer vestido por $9.5k dólares a través de Blockchain.
Kerry Murphy, fundador de la empresa, dice haberse inspirado en videojuegos como Fornite que permiten la personalización de un avatar y dejan que la ropa tome protagonismo. Así nace su idea de crear ropa digital, más barata y sin daños ambientales. Esto es relativamente nuevo, aún no mucha gente conoce este concepto ni se atreven a gastar en ello, pero es una realidad que se ve cada vez más cerca.
Mary, la nueva dueña de Iridescence, el primer vestido digital diseñado por The Fabricant, menciona que este nuevo concepto de ropa digital ayudará a que los consumidores se vean más atraídos por los precios y por la facilidad de expresarse con libertad en los outfits que quieran sin dañar al medio ambiente.
Las redes juegan una gran parte en la problemática ambiental de la moda: La presión social de no mostrar la misma ropa dos o más veces, los influencers que sienten la necesidad estar a la moda todo el tiempo y compran prendas que solo serán utilizados un par de veces. Según datos del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), la industria de la moda es la segunda mayor consumidora de agua y responsable del 10% de las emisiones de carbono a nivel mundial
La moda ha cobrado gran importancia durante el último siglo, desde cómo nos expresamos y mostramos a los demás, hasta cómo reflejamos nuestra identidad, creatividad y personalidad a través de ella, por lo que es loco pensar que en un futuro todos vestiremos pixeles, con atuendos neutros en las calles y mostrarnos extravagantes solo en redes sociales, pero resulta ser una alternativa viable la reducción de residuos textiles, además que permite libertad fuera de lo material.
Llevar miles de prendas en sólo tu teléfono, usarlas donde y cuando quieras. El mundo ha creado un espacio sin límites que va fuera de lo físico, y que aún falta mucho por explorar.