Seguramente has visto una película, una serie o una obra que utiliza este recurso. ¿Cómo? Cuando el personaje voltea hacia ti y te habla. Bien esa sea la manera más típica del tropo, su intención es de reconocer su propio carácter de ficción para establecer cierta complicidad entre los actores y el público.
Llamada así por la noción teatral de construir el set con tres paredes (izquierdo, derecho, trasero), mientras la audiencia observa la acción a través de una cuarta pared (frontal) invisible. La ruptura de dicha pared sucede cuando los actores “atraviesan” el muro y se dirigen directamente al público, para que la ficción y la realidad comenten sobre su propia percepción.
A continuación algunos productos audiovisuales que rompen el muro de manera interesante:
The 400 Blows (1959, François Truffaut)
Para el joven parisino Antoine Doinel, la vida es una gran tragedia: triste, insensata y difícil. Un día que se mete en problemas con la ley, termina en un reformatorio que, sin saberlo, será la clave para cumplir su sueño. Justo al final, Antoine interactúa con nosotros: un freeze frame que lo captura mirándonos fijamente. ¿El resultado? Uno de los fotogramas más icónicos en la historia del cine abierto a la interpretación personal.
A Clockwork Orange (1971, Stanley Kubrick)
En una Gran Bretaña alterna y futurista, Alex DeLarge es un joven que disfruta del crimen y la violencia. Cuando el Estado quiere deshacerse de la delincuencia juvenil, a Alex se le presenta una opción que podría cambiar su vida para siempre.
¿Cómo abrir y establecer el tono de tu película? Ten un close up de la mirada penetrante de tu personaje y asusta al público. Una ruptura simple, pero efectiva. Lentamente se revela el lugar donde se encuentra y las piezas caen en su lugar para comprender las intenciones de Kubrick.
The Discreet Charm of the Bourgeoisie (1972, Luis Buñuel)
Lo único que seis amigos burgueses quieren es sentarse a cenar, todo sale mal porque aparece una situación más absurda que la anterior que les impide lograrlo. Aquí Buñuel, como parte de su labor, se burla de la clase social y de sus excesos. Esta escena que por fin ve al grupo cenar, es interrumpida por la revelación de que el comedor es una obra de teatro. Naturalmente nuestros personajes se asustan, salen corriendo, y se les olvidan sus líneas.
American Psycho (2000, Mary Herron)
Sobre un ejecutivo de Wall Street que oculta su ego psicópata a sus colegas y a sus amigos a medida que se adentra en sus fantasías ilógicas. Patrick Bateman utiliza el recurso a través de sus pensamientos internos, para darnos un vistazo de su cerebro y ayudar a comprender la manía de su personaje. Por ejemplo, en esta escena que nos pide concentrarnos en la perfección de la tarjeta de presentación de su rival.
Adaptation (2002, Spike Jonze)
Charlie Kaufman es un guionista contratado para adaptar El ladrón de orquídeas; insatisfecho con su vida y sus relaciones cae en bloqueo creativo y en situaciones extrañas de las que no puede escapar. Esta película contiene múltiples capas que condicionan la cuarta pared: Nicolas Cage interpreta a Charlie Kaufman (persona real) y a su hermano gemelo Donald Kaufman (persona inventada), mientras trabaja en ¿Quieres ser John Malkovich? (película real escrita por el verdadero Charlie Kaufman y dirigida por el propio Spike Jonze) y se prepara para el siguiente trabajo. Una vez que empieza, surgen cuestionamientos fascinantes sobre la industria y lo que el público decide consumir.
The Wolf of Wall Street (2013, Martin Scorsese)
Basada en la vida de Jordan Belfort, un corredor de bolsa de Nueva York que se negó a cooperar en un gran fraude millonario en Wall Street. Apoyado por la interpretación de Leonardo DiCaprio, uno de sus principales rasgos es su carisma y su exceso de confianza; razón necesaria para que Scorsese —parte de su estilo cinematográfico— lo mantenga dirigiéndose a nosotros durante toda la película.
Dínos, ¿qué otros ejemplos conoces?