13 Nov
13Nov

Por Marco Coutiño

Elegir ser músico profesional, en especial en un país de inestabilidad económica como México, es un riesgo:  Aún cuando se logra tener una audiencia, una carrera musical es estar constantemente manteniendo el equilibrio mientras la cuerda se tambalea; con la pandemia no sólo la cuerda incrementa su movimiento, sino que el piso está en llamas y los cocodrilos están listos para comer cualquier cuerpo que caiga.  

Para entender la caída hay que entender todas las circunstancias: En primer lugar, ¿cómo es que los músicos generan dinero? Los artistas que tienen disqueras tienen que repartir sus ganancias con éstas, ya sea por las regalías cuando su canción se toca en la radio, la venta de su disco -sea físico o en iTunes-, si su canción aparece en televisión, películas u otros medios, y lo que genera en las reproducciones de streaming. 

¿Cuánto se gana por reproducción de streaming? El promedio es entre 0.0031$ y $0.00437 dólares.  Hagamos un poco de matemáticas: Una canción muy popular como la de Cardi B con Megan the Stallion, WAP, tiene aproximadamente 275,162,169 reproducciones, lo que hace que sus ganancias sean aproximadamente de $1,202,458.67 dólares; un artista emergente, o menos conocido, si su canción llega a 10,000 reproducciones, ganaría cerca de $47 dólares.

La mayoría de los artistas saben que no pueden depender del streaming para seguir con sus carreras, para eso están su mercancía, la compra de sus discos y los conciertos, pero con la pandemia los conciertos se han tenido que cancelar. 

Para seguir generando ingresos la mayoría de los artistas han decidido hacer conciertos en línea, aunque al principio la mayoría estuvo escéptica, los conciertos en línea han sido una buena opción para todos aquellos que se quieren sentir conectados con sus músicos favoritos. La experiencia es más personal y accesible para todos los fans que quieran disfrutar de música en vivo desde su casa. 

Otra alternativa son los  auto-conciertos, que como los autocinemas usas tu coche para presenciar a tu artista favorito, el único problema es que no todos los artistas pueden arriesgar la inversión de estos lugares, ya que sus ingresos son menores a comparación de los conciertos normales. De acuerdo con Miguel Herrera, Director de Auto Conciertos, en total se generaron 600 trabajos directos (la mitad de los brindados en los eventos de la era pre COVID). El empresario dijo que, aunque la derrama económica representa únicamente 15% de lo que se recaudaría en eventos como el Festival Ceremonia, es mejor que la alternativa de no tener ninguna actividad económica. 

Se han hecho conciertos con “sana distancia” como “Virgin Money Unity Arena”  en Newcastle, Inglaterra, donde, con capacidad para 2,500 personas, usaron un área especial que  permitía  que grupos de 5-6 personas pudieran disfrutar de los conciertos, desgraciadamente, por el incremento de casos en toda Europa, tuvo que cerrar sus actividades.

Un futuro incierto: Nadie sabe por seguro cuando podremos experimentar un concierto sin miedo de contraer COVID-19, por lo que estas opciones son lo único que tenemos para poder tener una experiencia cercana al “en vivo” y una forma para que los artistas sigan trabajando. 

Cómo público responsable lo que podemos hacer para apoyar a nuestros artistas locales y/o favoritos es comprar sus álbumes, su mercancía y, si se puede, apoyar en sus conciertos en línea. Sabemos que el streaming es para los artistas grandes, así que debemos verlo cómo la última opción, recordemos que  es un nuevo formato y cada día se están cambiando o creando nuevas leyes. Nuestra parte es informarnos y demandar que los sueldos para todos los artistas sean justos y no estén por debajo del salario mínimo. 

Damos por sentado la música y pensamos que es nuestro derecho escucharla sin tener que pagar, y para empeorar las cosas el gobierno piensa igual que nosotros, por lo que no hay una ayuda sustentable para la artistas. Sin ninguna ayuda es más fácil que los músicos sean comidos por los cocodrilos en llamas, lo mínimo que podemos hacer es ayudar a apagar el fuego y hacer que los cocodrilos vuelvan a sus jaulas. 

Si podemos, apoyemos.

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